jueves, 22 de junio de 2017

David Murray with Dave Burrell - Windward Passages (1993; ed. 1997)


Mi debilidad por Dave Burrell va más allá de lo musical, debido a un concierto suyo a piano solo al que asistí cuando yo tenía 17 años y que, en cierto modo, me cambió la vida. Que la relación de Burrell con David Murray sea tan fecunda y longeva es también relevante, porque también siento debilidad por el saxofonista. Cada cierto tiempo los reescucho; a uno, al otro, o a ambos juntos, ya sea en los maravillosos cuartetos de Murray en los que militó Burrell, como en sus en sus encuentros a dúo.

Así que, volviendo sobre Burrell hace unos días empecé reescuchando dos de sus clásicos grabados a piano solo, Black Spring (Marge, 1977) y Windward Passages (Hat Hut, 1981). Este último es particularmente magistral y comparte título con el disco que protagoniza esta entrada, por motivos que no alcanzo a entender, ya que en el dúo con Murray no contiene ninguna pieza que se llame así, ni alusión alguna al título. Tampoco tiene mayor importancia; la cuestión es que reescuchando a Burrell en solitario, lo uno llevó a lo otro y desemboqué en este disco.

De los cuatro discos a dúo que Murray y Burrell tienen publicados Windward Passages es posiblemente el mejor. O, al menos, en el que ambos músicos están más inspirados. Todos los demás son extraordinarios también, Daybreak (Gazell, 1989), In Concert (Victo, 1992) y Brother to Brother (Gazell, 1993); pero este, publicado por el sello italiano Black Saint, merece una mención aparte, aunque solo sea por las dos escalofriantes versiones del clásico "Naima" de Coltrane que contiene. 

No exagero si digo que ambas versiones rivalizan en profundidad y sensibilidad con la original del maestro. Y, lo sé, esto son palabras mayores, pero no lo digo por decir.

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